#TransporteParaEllas: Por qué es necesario un transporte más inclusivo
Un estudio del Banco Mundial (2020) puso en evidencia que hombres y mujeres no experimentan el transporte público de la misma manera. Diversos factores –como la inseguridad, el acoso sexual y la brecha de género en el empleo- afectan la movilidad de las mujeres en Lima y otras ciudades latinoamericanas.
Esta realidad es aún más evidente entre las mujeres que viven en situación de pobreza, el foco de dicho estudio.
Estas son algunas de las principales barreras que ellas afrontan en su día a día:
- Debido a su posición secundaria en la familia, supeditada al hombre, se dedican a labores peor remuneradas y realizan más desplazamientos de corta distancia y un mayor uso del transporte informal.
- Al dedicar considerablemente más horas a las tareas domésticas y a los hijos que los hombres, suelen hacer sus recorridos cargando paquetes y bolsas o acompañadas de niños. Esto hace que muchas veces los choferes no las quieran dejar subir a los vehículos.
- Acoso y falta de seguridad, lo cual restringe las áreas por donde pueden desplazarse.
- Rutas y paraderos mal diseñados e inseguros.
Las estadísticas son contundentes.
¿Y qué se puede hacer al respecto?
Para migrar hacia un transporte urbano más inclusivo, el Banco Mundial plantea distintas recomendaciones, entre ellas:
- Impulsar la participación de las mujeres en el sector Transporte. Incluir sus patrones de movilidad desde la planificación.
- Mejorar el diálogo y colaboración con la policía para estos casos.
- Plantear soluciones tecnológicas, por ejemplo, una aplicación móvil para reportar casos de acoso sexual.
- Capacitar a los conductores de transporte público para que tengan la capacidad de actuar correctamente ante casos de acoso.
- Mejorar la conexión en la “última milla”, mediante calles mejor iluminadas y sistemas de transporte móvil como bicicletas.
Moverse con libertad por la ciudad es un derecho. Muchas mujeres solo piden “viajar dignamente” a través del transporte urbano de la ciudad.