Todos somos peatones. El acto de caminar es un modo de transporte universal de nulo impacto ambiental, pero también es el más vulnerable. Entre todos los usuarios de las vías de transporte públicas, los transeúntes conforman el grupo más expuesto a los peligros viables.
Por eso, es necesario establecer una nueva jerarquía que establezca de manera clara el orden de preferencia vial que tienen todos los medios de transporte que circulan la ciudad. Felizmente, la Organización Mundial de la Salud y otras organizaciones a nivel mundial ya disponen de una herramienta de jerarquización del espacio vial, conocida como la Pirámide de la Movilidad.
La pirámide está compuesta por cinco peldaños que establecen —en orden descendente— la jerarquía de cada medio de transporte respecto a los otros en términos de derecho de paso, sostenibilidad y políticas de inversión en obras públicas.
Los peatones ocupan la cima de la pirámide pues son los más expuestos a los peligros viales, y los que menos contaminación generan. Además, la actividad física que conlleva promueve hábitos de vida saludables y beneficios para gente de todas las edades.
En el segundo escalón se sitúa la bicicleta. Al igual que en el caso anterior, las bicicletas son un medio de transporte de nulo impacto ambiental, cuyo uso también implica una actividad física buena para la salud de las personas. Además, es un vehículo más barato que un automóvil, y suele promover una mayor actividad social entre sus usuarios.
Le siguen los transportes colectivos tales como autobuses o trenes. El transporte público es más eficiente que el automóvil particular: lleva a más gente a sus lugares de destino ocupando menos espacio de viario público y emitiendo menos gases contaminantes. Una buena forma de incentivar el uso de este medio es facilitar la intermodalidad entre distintos modos de transporte público, e invertir en unidades más modernas y sostenibles.
En el cuarto escalón se sitúan los vehículos que transportan bienes y servicios, que representan una parte fundamental de la actividad económica de una ciudad. Los camiones que realizan estas tareas suelen ser grandes y ocupan una gran cantidad del viario público.
En el quinto y último peldaño se ubican los vehículos particulares.
¡Recuerda! Transformar nuestras ciudades depende de todos, es por eso que se hace necesario invertir las prioridades según la Pirámide de Movilidad Urbana. Así que la próxima vez que estés conduciendo un auto, piensa un poco más en los peatones para así construir una ciudad mejor.